aquellos que tratan mejor el pescado, respetan las campañas y los caladeros del Cantábrico. Solo así, podemos garantizar la máxima calidad en la materia prima. Una vez en la fábrica, las manos de nuestras expertas mujeres se encargan de limpiar, empacar, filetear y con esmero colocar en las latas.
Respetamos en cada paso el proceso tradicional y confiamos en el saber hacer que generaciones de conserveros nos han enseñado